No es ninguna sorpresa que el bisonte sienta mucha picazón con la cubierta sarnosa que tiene. Es súper gruesa y rizada y el cabello se le cae a mares. En sus patas frontales, el cabello es tan lanoso, grueso y largo que tiene su propio nombre: pantalón. A menudo los bisontes se revuelcan en la tierra y agitan sus patas, creando una enorme nube de polvo. Este comportamiento, el revolcarse, les ayuda a deshacerse de la cubierta de cabello que han acumulado en el invierno, aliviar la irritación de piel, evitar insectos que los pican, marcar su rastro y refrescarse en los meses de verano. Porque los bisontes son tan grandes, la perturbación y compactación que producen al revolcarse en la tierra crea charcos que luego pueden contener agua y crear un hábitat para plantas que necesitan condiciones húmedas para crecer. Los bisontes vuelven a usar los mismos lugares para revolcarse y algunas veces varios bisontes se revuelcan juntos. Esto crea charcos más grandes que se pueden ver desde los aviones.
Entonces, no se alarme si ve un animal de 2.000 libras revolcándose en la tierra—a los bisontes les gusta la tierra.